viernes, 10 de septiembre de 2010

Exámenes de Septiembre: La reforma Laboral.

Septiembre ha dado comienzo y una vez más, como todos los años, después del periodo estival, las ciudades vuelven a llenarse gente y bullicio, comienzan los atascos, las prisas, las jornada laborales (para muchos afortunados aunque no quieran reconocerlo), la vuelta a las aulas…y los exámenes de Septiembre.

Y he aquí, que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero ha regresado al congreso dispuesto a aprobar esa difícil asignatura pendiente a la que ha hincado codos todo el verano, la consabida reforma laboral.

Bien, pues parece que la diosa Fortuna reparte suerte a aquellos “que la siguen” y ayer Zapatero consiguió su aprobado en las cortes, una asignatura menos para el curso que se avecina. ¿O no?.

La respuestas no se ha hecho esperar (aunque venía anunciada desde antes del verano) y los sindicatos, esos entes anticuados cuyos dirigentes tuvieron su cénit en los tiempos de la transición y que ahora se han acomodado a la autoindulgencia, han convocado una huelga general para el próximo 29 de Septiembre.


“No siento que haya traicionado mis principios con la reforma laboral", afirmaba ayer Zapatero, pero lo cierto es que el presidente más “progre” de la democracia española, no hace más que tirar balones fuera, tragarse una a una todas sus palabras y recortar todas las libertades que prometió acrecentar durante su legislatura.

Muchos me tacharan de demagogo y sensacionalista, pero que se lo digan a los miles de trabajadores que, después de este aprobado raspado por parte de la cámara baja y con la oposición de casi todos los grupos, han visto como la ley salía adelante con la eliminación de todos los cambios propuestos por los grupos políticos, a excepción del de BNG.

Así pues, la ley mantiene, todos y cada uno de los puntos conflictivos con los que fue diseñada. Entre ellos, quizás, el que más preocupa. Las empresas podrán despedir a los trabajadores por causas económicas con 20 días de indemnización, no sólo cuando tengan pérdidas, sino también cuando prevean tenerlas, o tengan una persistente caída de ingresos (se abrió el cajón de sastre).

La ley aprobada, también mantiene el contrato de “fomento del empleo”, que conlleva una indemnización de 33 días por año trabajado, al incluir a los trabajadores fijos de entre 31 a 45 años que hayan sido despedidos (veremos si esto no se convierte en una mera herramienta para acaparar prestaciones e incentivos por parte de las empresas, que volverán a despedir a estos trabajadores una vez cobradas las primas y subvenciones)

Establece además un control y sanción a los parados que rechacen cursos de formación en un plazo no superior a 30 días ( cursos basura que de poco sirven de cara a la contratación), al tiempo que facilita el despido por faltas al trabajo y rebaja al 2,5% el índice de absentismo total que puede tener una empresa y que marca el despido objetivo individual (temo que deje abierta la puerta al despido por baja laboral).

Mientras tanto los grupos políticos de la oposición, afirman una vez más, que estas medidas no van a equilibrar la balanza y suponer una reducción del paro, sino todo lo contrario. Al mismo tiempo, los grupos de izquierda ya han contestado convocado huelgas con los sindicatos.


Septiembre acaba de empezar, pero una vez más, Zapatero camina solo y sigue sin tener compañeros de pupitre.
Hugo Jiménez Chacón

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